Madrugar. Técnicas para levantarte pronto sin esfuerzo

Dice aquel antiguo refrán que a quién madruga, Dios le ayuda, pero lo cierto es que hay pocas personas que decidan levantarse muy pronto por su propia cuenta, y más en un país como el nuestro, en el que eso de acostarse temprano no es precisamente lo más habitual. Madrugar no suele ser plato de buen gusto para nadie, pero es cierto que podemos adaptarnos mejor o peor, dependiendo de nuestra propia actitud, para que ese madrugón no nos afecte tanto. Por trabajo, por estudios, mucha gente debe levantarse temprano cada día, entre las siete y las ocho, o incluso antes, para entrar a su jornada laboral. En un país en el que éstas duran ocho horas, entrar más tarde supone no salir de trabajar hasta casi por la noche, y “echar a perder” casi todo el día. Así que al final, si queremos tener tiempo libre, lo mejor es levantarnos pronto para aprovechar al máximo tanto antes como después de trabajar.

¿Cómo levantarse temprano sin que nos cueste?

Aunque son muchos los beneficios que nos aporta el levantarnos temprano, si somos de esos que nos cuesta empezar a arrancar a primera hora y salir de la cama es como un suplicio, lo mejor que podemos hacer es ayudarnos con unos trucos muy sencillos para adaptarnos mejor. Por ejemplo, tener el despertador lejos nos obligará a levantarnos para apagarlo. Empezar el día con música que nos guste puede ser también una buena idea… si es que al final no acabamos odiándola. Pero sobre todo, algo que nos ayudará es acostarnos también más temprano, para dormir suficiente. No cenar demasiado y alejarnos de las pantallas al menos media hora antes de dormir es una buena forma de coger bien el sueño.

¿Cómo madrugar de manera gradual?

Tenemos que empezar a levantarnos más temprano de la cuenta, pero no será hasta dentro de una semana. ¿Aprovechamos para dormir lo máximo posible o vamos habituando nuestro cuerpo a esos nuevos madrugones? Ir madrugando de manera gradual puede ser también una buena fórmula para conseguir que cada vez nos cueste menos acostumbrarnos a esos nuevos horarios matinales. Recortar cada día quince minutos de sueño, apenas imperceptibles, pueden ser una buena forma de alcanzar ese punto necesario para despertarnos con ganas, incluso cuando nuestro cuerpo nos dice que deberíamos seguir acostados porque no son horas de estar de pie. Siguiendo los consejos dejados arriba, todo será mucho más sencillo.

¿Cómo madrugar para estudiar?

Muchos estudiantes piensan que madrugar para estudiar justo antes de hacer un examen es una idea maravillosa para tener todo el conocimiento fresco, y de hecho puede ser así… siempre que hayamos descansado lo suficiente. Ponernos el reloj un poco antes para despertarnos con ganas y tomarlo como un simple repaso, no como el momento definitivo para aprendernos las cosas, también ayudará. Hay expertos que apuntan que, de todas formas, puede ser más recomendable acostarnos algo más tarde estudiando y descansar bien para ir frescos directamente al examen, porque eso de madrugar, si no estamos acostumbrados, nos puede jugar en contra al final.

Encuentra una motivación para el día siguiente

Es mucho más fácil levantarse con ganas cuando al día siguiente hay algo que nos va a gustar hacer. Ya sea el trabajo, ese proyecto que tenemos, quitarnos de encima el examen o ver a esa persona con la que tantas ganas teníamos de quedar. Puede que sea simplemente ir a ver una película, o el partido de nuestro equipo favorito. Siempre habrá una motivación que nos hará empezar el día con ganas, y la buscaremos donde haga falta.

¿Madrugar es malo para la salud?

Hay estudios que explican que el ser humano no está acostumbrado a madrugar pero es cierto que nuestro cuerpo se adapta rápidamente a casi cualquier situación, y si no tiene más remedio, también a la de despertarnos más temprano. Los ritmos circadianos, los que nos marcan el momento del sueño, el despertar y los picos de actividad, tienen mucha influencia en esto, pero también es cierto que podemos “domarlos” en cierto sentido. Madrugar de por sí no tiene por qué ser malo si seguimos una dieta sana, hacemos deporte y dormimos los suficiente. Eso significa que nuestra vida debe ir por el buen camino, más allá de la hora a la que suene el despertador, porque levantarnos más tarde tampoco será sinónimo de salud automática.

También te podría gustar...