Papiloma en el pie ¿hay que preocuparse?

Hay problemas de salud que suelen ser bastante comunes y que, más allá de su gravedad, suponen una verdadera molestia y un quebradero de cabeza para aquellos que los sufren. Enfermedades que se desarrollan de manera casi natural y que no suponen un peligro demasiado grande, pero que sí que pueden llegar a marcar nuestra rutina, por ser tremendamente molestas y afectarnos por completo en nuestro día a día. Hablamos, por ejemplo, del papiloma en el pie, como se conoce de manera habitual a las verrugas plantares, un tipo de infección que aparece en nuestros pies a causa del consabido virus del papiloma humano. Aunque son fácilmente tratables y no suponen un peligro excesivo, lo cierto es que este tipo de lesiones, las propias verrugas plantares, pueden llegar a ser dolorosas y molestas.

Son muchos los que han sufrido de este problema a lo largo de los años, porque además es la consecuencia de una infección que puede coger cualquiera, especialmente en verano, cuando llevamos los pies más aireados e incluso vamos descalzos por muchos lugares. El papiloma en el pie puede variar su gravedad dependiendo de su localización, del tamaño de las lesiones que provoca, etc… Acudir al médico suele ser necesario cuando la situación empieza a ser molesta de verdad para quien las sufre, provocándole dolo por estar situadas estas lesiones en una zona bastante comprometida como son los pies, en continuo contacto con el suelo y soportando una gran presión de todo el cuerpo.

Qué es un papiloma en el pie

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El papiloma en el pie se produce por una infección derivada del virus del papiloma humano, o VPH, una enfermedad infecciosa bastante común que no engendra una gran gravedad, pero que puede desarrollarse hasta provocarnos este tipo de molestias, en forma de pequeñas lesiones y verrugas, que en este caso concreto aparecen en los pies. No son como los callos, puesto que no se generan por la fricción, sino más bien por la transmisión de ese virus y su aparición en los días consiguientes. El papiloma en el pie suele dar lugar a pequeñas lesiones que suelen ser muy molestas, ya que están sometidas siempre a la presión que ejercemos sobre nuestros pies, tanto por el calzado como por el propio peso que ponemos en ellos al caminar. Esto hace que las personas que sufren de verrugas plantares suelan quejarse de problemas al andar.

Inicio del papiloma en el pie

Al tratarse de una enfermedad infecciosa, el papiloma en el pie se inicia cuando somos infectados por el Virus del Papiloma Humano, afectándonos a esa zona concreta del cuerpo. Esto ocurre normalmente por compartir zapatos que no han sido debidamente limpiados, o por andar descalzos en zonas de baños público, piscinas, etc… El verano es la época predilecta para la “expansión” de este virus que no entiende de edades ni de géneros, y que afecta a todos por igual. Es por eso que se pide precaución cuando se ande por este tipo de sitios, sobre todo a través de un calzado que proteja nuestros pies y los deje transpirar. Igualmente, como ya hemos comentado arriba, las verrugas plantares no suelen suponer un gran peligro para aquel que las sufre, sobre todo cuando se tratan debidamente antes de que vayan a peor.

Síntomas

Al ser una enfermedad vírica que afecta solamente a la piel, la única señal que encontraremos de estar sufriéndola son las emulsiones que aparecen normalmente en la planta de nuestros pies, aunque a veces también puede aparecer en otras zonas como el talón o el empeine, algo menos probable. Esas emulsiones son muy diferentes entre sí según la persona y el tipo de infección que haya tenido, así que su forma, color y dimensiones también cambiarán. Habitualmente detectamos un enrojecimiento de la piel primero, que da lugar a una pequeña lesión de color más blanquecino. Esa emulsión puede desarrollarse hasta convertirse en una pequeña verruga plantar que en algunos casos nos genera un dolor importante, o al menos una molestia que nos impide llevar una vida normal, ya que nos duele al caminar.

Contagio del papiloma en el pie

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Estos síntomas suelen aparecer a los pocos días de haber cogido este virus del papiloma humano, que en este caso afectará directamente a nuestros pies. La forma de contagio más habitual suele ser el contacto directo con superficies que estén infectadas. Durante el verano, habitualmente salimos con los pies más libres, ya sea por la sandalias o las chanclas, e incluso en muchas ocasiones estamos descalzos en sitios públicos, como piscinas, playas o jardines, inclusive baños que son utilizados por muchas personas. El virus se contagia directamente al contacto de nuestros pies descalzos con una de estas superficies, a través de pequeñas heridas que podamos tener, o incluso grietas que son normales en nuestros pies, por la aparición de durezas o por cualquier otra causa.

Tratamiento para el papiloma en el pie

Al no conllevar una gravedad demasiado grande, el problema del papiloma en el pie se suele tratar sin mucha presión, a no ser que el estado de las verrugas plantares sea ya avanzado y nos esté provocando un daño o una molestia demasiado grande a la hora de llevar una vida normal. Existen numerosos métodos para tratar el papiloma en el pie, como las quemaduras químicas, a través de las cuales se eliminan utilizando un tipo de ácido en una concentración muy pequeña, para matar al virus, o las quemaduras térmicas, que realizan el mismo trabajo, solo que mediante láser. Si la situación es más compleja se suelen utilizar ungüentos y productos que frenen la extensión del virus, pero también son métodos más agresivos y suponen pequeñas úlceras para nuestros pies. Una vez llevado a cabo el tratamiento se realizarán las curas pertinentes para que nuestros pies estén sanos del todo de nuevo. Todo este proceso suele llevarlo a cabo el podólogo, especialista en problemas en los pies.

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