Cómo cuidan las prostitutas de su salud sexual

La prostitución es un oficio muy antiguo, tanto que algunos incluso piensan que es el más viejo del mundo. Esto seguramente sea una exageración, pero de lo que no hay duda es de que las mujeres llevan ofreciendo su cuerpo por dinero a hombres que no tienen reparo en pagar cualquier cantidad desde hace mucho tiempo. Es un trabajo que siempre ha sido polémico y ha estado rodeado de tabúes. El sexo es algo que muchas religiones han intentado coartar, teniéndolo como un pecado si su función no era la de concebir nueva vida. El placer por el placer no estaba bien visto, y a pesar de los adelantos que hemos tenido en los últimos años, ese tabú sigue marcado a fuego en la mente de muchos. Si tu trabajo consiste precisamente en ofrecer placer a cambio de dinero, seguramente tengas que llevar ese tabú a cuestas, aparte de otros muchos que la sociedad te endosará.

Por ejemplo, durante la Edad Media e incluso en épocas más recientes, en muchos países se culpaba a las prostitutas de las epidemias que tenían lugar. Desde la peste hasta la fiebre amarilla, pasando incluso por el SIDA, hace tan solo unas décadas. La figura de la prostituta como propagadora del mal y la muerte en forma de enfermedad de transmisión sexual ha sido utilizada por sectores conservadores para apoyar la abolición de este sector. En muchos países, de hecho, la prostitución es ilegal a día de hoy, y está perseguida con penas que pueden llegar a ser de muerte. Y sin embargo, seguramente no haya una sola ciudad en el mundo donde no encontremos, al menos, a una prostituta trabajando, por vocación o por necesidad. La prostitución siempre acaba instalándose en una sociedad, aunque sea marginada y mal vista. Y lejos de esa imagen de podredumbre e insalubridad que nos ha llegado, las escorts profesionales son seguramente las trabajadores que más cuidan su higiene. Les va su trabajo en ello, literalmente.

Una buena higiene antes y después de los encuentros

Una prostituta puede realizar varios servicios en un solo día, llegando a superar a veces incluso los diez si son jóvenes y trabajan en un prostíbulo con mucha afluencia de clientes. Está claro que para atenderlos a todos, una profesional del sexo debe estar perfectamente aseada y preparada. Es por eso que, entre cliente y cliente, las chicas se duchan y se lavan a conciencia, especialmente en sus partes íntimas, para evitar la propagación de bacterias o infecciones. De esta forma no solo están luchando contra la transmisión de ETS, sino también ofreciendo un servicio de calidad a sus clientes. Y es que hay gente para todo, pero la mayoría de los hombres prefieren a las chicas aseadas y limpias antes de disfrutar con ellas.

De loa misma forma que lo hacen antes, después de cada encuentro la chica vuelve a la ducha y se limpia a conciencia, incluso cuando no tiene ningún servicio programado para más tarde. Es algo que ayuda a mantener la higiene sexual y por tanto, un paso imprescindible para cualquier profesional del placer. Cada encuentro es un mundo, y puede que la chica haya tenido que llevar a cabo servicios algo menos habituales. Lo más importante es que tanto ella como el cliente estén bien aseados, limitando así la expansión de las temidas enfermedades de transmisión sexual, que en muchas ocasiones se generan precisamente por la falta de higiene. Es algo fácil de remediar, con  un poco de agua y jabón, y estas chicas lo saben muy bien.

El uso de preservativo

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El preservativo se ha convertido en el método anticonceptivo más utilizado en todo el mundo, y uno de los grandes inventos del ser humano para controlar la natalidad. Gracias a él, el sexo ha tenido una nueva reinvención no solo como medio para la concepción de nueva vida, sino también para disfrutar de un placer diferente y lujurioso sin preocuparnos por las consecuencias. Evidentemente, en relaciones con prostitutas el uso del preservativo se hace imprescindible, no solo por su función anticonceptiva, sino porque también previene de la mayoría de ETS. De hecho, algunas chicas ofrecen servicios de felaciones al natural, sin preservativo, lo que se conoce como francés natural, siendo éste el único servicio de sexo en el que no utilizan este método. Ellas siempre tienen para los clientes, pero no está de más que lleves tus propios preservativos.

Revisiones médicas rutinarias

En los países donde la prostitución está totalmente legalizada, una de las normas a cumplir por estas trabajadoras sexuales es acudir a revisiones rutinarias para comprobar que están limpias. Lo hacen, de media, cada diez días, y los análisis negativos les permiten seguir llevando a cabo sus actividades. En el caso de que den positivo, se pueden dar de baja hasta estar recuperadas, para evitar el riesgo de contagio de una ETS. En países donde no hay este sistema, las chicas deben hacerlo por su cuenta. Muchas de ellas acuden un par de veces al mes al hospital o a una clínica a hacerse chequeos y revisiones para corroborar que están totalmente sanas. Está en juego no solo su salud, sino también la de sus propios clientes, así que no es algo menor.

Dónde se realizan los encuentros: club, pisos o en la calle

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La imagen de la prostituta que para a los coches al final de una avenida para convencer a sus ocupantes de tener sexo con ella a cambio de algo de dinero sigue muy vigente. Todavía son muchas las escorts profesionales que hacen la calle, no solo para captar clientes, sino también para llevar a cabo sus servicios al aire libre. Es algo más natural, más rápido y sencillo que alquilar una habitación. Y de hecho, a muchos hombres les pone más cachondos el poder disfrutar de una escort en plena calle, por el morbo de ser pillados. No es, ni mucho menos, lo más higiénico, pero las chicas con pocos recursos suelen utilizar esta alternativa.

Los tiempos, sin embargo, están cambiando, y hoy por hoy también es muy habitual tener encuentros con escorts en sus propios pisos privados. Mucha más intimidad, más seguridad y más discreción. La posibilidad de lavarnos antes y después, las sábanas limpias… Todo suele estar más acorde a los estándares de higiene sexual que uno desearía en este tipo de encuentros. Lo mismo ocurre en los clubes, lugares donde hay habitaciones preparadas para este tipo de encuentros sexuales. La salubridad de dichos recintos siempre se ha puesto en duda, pero es fácil discernir entre aquellos que apenas limpian las sábanas y los que se afanan en hacer sentir cómodo al cliente en todo momento.

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